Año 3. Edición número 152. Domingo 17 de abril de 2011
Las acciones se derrumbaron en toda Europa, Asia y Estados Unidos el martes mientras se profundizaba la crisis en la planta nuclear Fukushima Daiichi y la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón elevaba su escala de evento radiológico a su máximo nivel. Las condiciones en la instalación afectada se han deteriorado continuamente a pesar de los valerosos esfuerzos de los trabajadores de emergencia. La planta sigue arrojando cantidades letales de radiación y otras toxinas a la atmósfera y a todo el mundo. Un grupo nuclear francés advierte que niños y madres embarazadas deben protegerse contra la contaminación Según Euractiv:
“Los riesgos asociados con contaminación por yodo-131 en Europa ya no son ‘insignificantes’, según Cciirad, un organismo de investigación francés sobre radioactividad. La ONG advierte a mujeres embarazadas e infantes contra ‘conductas riesgosas’, como consumir leche fresca o vegetales de hojas grandes.”
La advertencia del grupo subraya los peligros planteados por la planta fuera de control que está causando daños sin precedentes a la tierra, el mar y el aire. Pero mientras el desastre sigue aumentando con cada día que pasa, la única respuesta del gobierno ha sido expandir la zona de evacuación y tratar de ajustar las noticias para minimizar la reacción del público.
Equipos de emergencia han afrontado altos niveles de radiación para volver a poner la planta bajo control, pero con poco éxito. Una serie de violentos temblores y un segundo tsunami más pequeño han hecho que sus tareas sean casi imposibles. Miles de galones de agua radioactiva utilizada como refrigeración han sido vertidos en el mar amenazando la vida marina y el delicado hábitat. La liberación tóxica de radiación plantea ahora un riesgo incalculable para la atribulada industria pesquera y para las poblaciones de peces en todo el mundo. Estos costes nunca fueron considerados cuando ejecutivos de la industria y políticos decidieron explotar una fuente de energía que puede causar cáncer, contaminar el entorno durante milenios, y poner de rodillas a la tercera economía por su tamaño del mundo.
La elevación del alerta a su máximo nivel es una admisión de que ha tenido lugar “una importante liberación de material radioactivo con amplios efectos para la salud y el medioambiente” y que probablemente continuará durante un cierto tiempo. La situación empeora cada día más. El gobierno japonés insistirá ahora en la “implementación de contramedidas planificadas y extendidas”. En otras palabras, una alerta roja. La amenaza al suministro de agua, fuentes de alimentos, ganado y seres humanos es grave y continua. Los esfuerzos de los medios por proteger a la industria nuclear al minimizar la escala de la catástrofe han tenido un éxito moderado, pero la concientización del público aumenta a medida que más gente se vuelve hacia fuentes alternativas de información. El desastre ha sido tan ruinoso para la reputación de los medios como para el medioambiente.
Lo siguiente proviene de la agencia Reuters: “El ministro de economía de Japón advirtió el martes que el daño económico del terremoto y tsunami del pasado mes es probablemente peor que lo originalmente estimado ya que los cortes de energía reducirán la producción industrial y restringirán las cadenas de suministro.
’’Las evaluaciones más sobrias aparecieron cuando Japón aumentó la severidad de su crisis nuclear en la planta nuclear Fukushima Daiichi de 5 a nivel 7, colocándola a la par con el desastre nuclear de Chernobil en 1986.
’’El gobernador del Banco de Japón dijo que la economía está en ‘estado grave’, mientras los banqueros centrales no estaban seguros de cuándo los esfuerzos por reconstruir el noreste arrasado por el tsunami, lleguen a aumentar el crecimiento, según actas de una reunión realizada tres días después que un terremoto récord afectó a Japón el 11 de marzo.”
Inversionistas extranjeros todavía tienen que comprender todo el impacto de la crisis en la economía de Japón. El Banco de Japón (BOJ) ha aumentado su programa de compra de bonos y “lanzado un plan de préstamos ultra-baratos para bancos en el área devastada por el terremoto”, pero la política monetaria no llevará por sí sola a una recuperación. El gobierno tendrá que iniciar programas en gran escala para involucrar al público dejando de lado políticas neoliberales que reducen los gastos estatales y privatizan los activos públicos.
Expertos anticipan que los problemas en Fukushima persistirán durante meses, si no años. Mientras tanto, niveles de material tóxico radioactivo que amenazan la vida serán liberados al aire, el agua y el suelo. Niños pequeños y aún no nacidos corren el mayor peligro, pero los incidentes de cáncer adulto a la tiroides y otras enfermedades también aumentarán exponencialmente. El futuro de la industria nuclear nunca ha sido más incierto, y por una buena razón.
http://sur.elargentino.com/notas/el-volcan-nuclear-entra-en-erupcion
Gracias a dios, empezamos a decirle adiós a las pestilencias de Fukuyama.
Y me sigue llamando la atención como un país que nada en la abundancia, tan poderoso, le puede pagar en términos de indemnización nada más que U$S 12.000 (doce mil dólares) miserables a los damnificados de una tragedia que provocaron los privados que controlan (o "controlaban") la planta nuclear.
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