Actriz y cantante o cantante y actriz, hasta hace poco pensaba que había llegado al momento de su the end, artístico. Fue todo lo contrario: Marilina Ross vivió con alegría, emoción y buenas compañías el reencuentro con un público que, a pesar del tiempo transcurrido, la recibió como si se hubieran visto ayer. Después de 17 años volvió a su teatro viejo Ópera. Allí, en su casa, Ella y un equipo de lobas cantaron sus grandes éxitos. Uno + Uno: dos noches brillantes, cargadas de alta emoción y público ferviente
Y a la tarde siguiente de dos noches semejantes, uno y su circunstancia con forma de grabador, que pasará a objeto olvidado en la charla que mantendremos en el jardín de su casa de Palermo, su lugar amado. Estamos sentados a la mesa, como sabiendo del café con leche, jugo de naranjas y medialunas que llegarán después. Ha llovido y el azul del cielo es casi morado. Los pájaros que trinan lo hacen con frecuencia sensata y son afinados, estudiaron con la dueña de casa. La dueña de casa está aterrizando de un torbellino feliz y movilizante que no estaba en sus planes quietos. Demasiado quietos. “Estaba un poquito deprimida, bah.” Sonríe, con restos de buen mareo. Y cada tanto, por suerte seguido, Marilina larga una de sus carcajadas entusiastas, abiertas. Pompi intervendrá todo el tiempo. Es una perrita de año y medio, juguetona, rulos grises, se diría casi de satén. “Ella es Cholula loca por las fotos, salió en el suple Soy, en la tapa de La Nación, ahora en Miradas, en todos lados. O sea que Pompi a la ley de medios la tiene totalmente dominada.”
–¿Cómo fueron estas dos noches, vistas desde el escenario?
–Ahhh, cada vez que se prendía la luz de la sala y yo veía eso, no sabés lo que era. Y todos con fervor, y se ponía de pie uno y enseguida todos, y batían palmas, y cantaban, y lloraban. Gente de todas las edades. Entonces, yo descubro que esas canciones que fui haciendo como jugando, porque nunca me creí mucho esto de ser una compositora, escucharlas cantadas por artistas de semejante tamaño y enriquecidas a más no poder, dije qué más puedo pedir…
–Canciones que se dejaron enriquecer también porque eran enriquecibles. Quizá estos recitales sirven para realzar su importancia, ¿no?
–Es verdad, eso me gustó. A partir de este momento tratame de usted, ¿puede ser?
–Cómo no. Vamos a decir que esos artistas de semejante tamaño que la acompañaron fueron, ambas noches: Sandra Mihanovich, Julia Zenko, Patricia Sosa, Claudia Puyó, la soprano Paula Almerares, Lucía Galán; Juliana, del grupo Miranda, y Ángel Mahler, en la dirección musical. ¿Es verdad que le debemos a Sandra este regreso suyo?
–Sí, sí, yo estaba muy entregada. Muy ya está, ya fue. Así andaba, convencida de que había aparecido la palabra the end y de que ya estaba en los títulos finales. De repente empezó a ir para atrás, los títulos empezaron a ir al revés y ahora estoy en el comienzo de otra película. En vez de una despedida es un encuentro, un comienzo de algo.
–¿Qué dice el parte médico?
–Que tengo los pulmones a la mitad, por eso es un milagro que haya podido hacerse esto así. Mis pulmones trabajan en un cincuenta por ciento y en esto no hay vuelta atrás, no se revierte. Lo único que puede pasar es que se detenga y que no crezca. Pero lo que ya se estropeó se estropeó. ¡Por el cigarrillo, mirá qué lindo!
–¿Ahora cuántos fuma, la mitad?
–¡Nada eh nooo! Soy una paciente muy obediente. No dejo que fumen cerca tampoco, no, si hay humo me voy. A no ser que haya humo en tus ojos…
–Entonces bailamos…
–Ahí bailamos, cheek to cheek.
–¿Cómo fue ese escenario estas dos noches, se dejaba pisar?
–Sabés que anoche, en medio del show, me encontré diciendo, entre un tema y otro: Se estaba bien aquí eh. O sea, a mí me va sorprendiendo todo, es como que no tengo previstas muchas cosas. Me voy acomodando a lo que toca vivir, entonces en este momento tocó vivir esto, y como nunca nada está en mis planes, en realidad, mis planes se van haciendo así, casi un día tras otro. Así fue siempre. Y así fue mi desgracia también, tuve muchos conflictos por eso.
–¿Por qué?
–Por dejarse llevar hay un precio que hay que pagar. Pero bueno, soy así, el catálogo vino así. El modo de usarlo hay que saber tratarlo, estudiarlo un poco.
–Bravísimo el minerío cantor que la rodeaba.
–Yo las llamo las lobas. Por el libro Mujeres que corren con lobos. Las lobas están ahí, cuidando, y se desatan cuando llega el momento. Cómo te explico lo maravilloso de escuchar esas versiones… A Julia yo le pedí que hiciera Voy a hablar de mi amante, porque ya la había visto haciéndolo y me pareció tan glorioso lo que hace con ese tema. Eligió otros también, pero ése se lo pedí yo. Después Patricia Sosa, con la chacarera Y que nunca más me sorprendió mucho, la verdad no me lo esperaba. Otra cosa muy linda para mí fue descubrir que había un tema que a Paula Almerares le iba a ir muy bien, y es Hacer el amor. Un tema que yo hace muchísimo dejé de cantar porque no llego con la voz. Es un lindo tema, pero tiene notas cada vez más altas, eleva, eleva y termina dando vuelta la tierra alrededor del sol y andá a buscarlo. Paula es genial.
–¿Ya en los ensayos eran todas ese estruendo?
–No tanto. En los ensayos medio se marca, se va probando si la voz llega, si los acordes están bien, si te sentís relajada, pero no te largás. Se soltaron en el show. Y ahí a mí se me cayeron los pantalones, las medias, me quedé en bolas. ¡Aunque vestida por Jorge Ibáñez! Esa golilla blanca se la pedí yo. Con un traje de payaso que después, sacándole los botones, queda un saco normal, de show. Para no tener que irme a cambiar. Fue todo muy fuerte. Igual yo, felizmente, venía un poquito acomodada, porque en agosto habíamos hecho el show en el Coliseo de La Plata, con las mismas chicas, a beneficio de un lugar de salud. No salió redondito como éste, pero lo pasamos tan bien allí que decidimos hacerlo de nuevo. Entonces se organizó, ya más prolijo, con una escenografía, una puesta más ordenada.
–¿Éstos salieron tal como los esperaba?
–Mucho más de lo que esperaba. En realidad no esperaba específicamente algo particular, esperaba poder llegar yo con la voz, con el aire, no cansarme demasiado, pero de todos modos anoche, después del show, se me disparó la presión bastante alta. Me puse hielo en la nuca, y dije paremos un poco. Mi presión es puramente emocional. Es que fue una gozada total. Hubo un momento, te lo voy a especificar, en que yo estaba adelante cantando Soles, y termina mi parte sola (canta) “El sí por fin dijo no sé, ni el do ni el la ni el re pudieron responder”, y todas detrás de mí entraron “De repente una mañana de mi pecho se escapó…. Cómo explicarte, sentí el séptimo de infantería, un batallón cantándo a la tropa “A la carga”, de una fuerza, una polenta, casi me tumban.
–¿Por qué había dejado de hacer shows?
–Porque había dejado de disfrutarlos, y si no disfruto no sirve de nada lo que estoy haciendo, porque es mi motor el disfrute, el entusiasmo. Me cansaba, venía otro tema y ya no llegaba, me tenía que sentar. Y si quería pararme no me podía parar. Y dije basta. Esto tiene que ser para felicidad si no no es. Siempre fue así para mí. Esta no es una profesión de la cual viviera. Actriz era mi profesión, esto era el hobby.
–¿Qué pone en los formularios al lado de profesión?
–Uy, dudo mucho… ¡Sabés lo que me cuesta a mí poner eso! Pongo cantautora a veces, a veces actriz, no sé qué poner. La última vez, en un cuestionario médico, puse retirada. No me animé a poner jubilada. Puse retirada y viuda. Ahora la médica me dice: ¿te das cuenta lo que cambiaste? Hiciste dos Ópera y estás en pareja. O sea que me hizo bien el tratamiento.
–¿Por qué la disgustan tanto los rótulos?
–Porque el rótulo te detiene. Es algo que tiene que ver con la muerte, que está rígido, inamovible como la muerte misma. Y para mí la vida es movimiento, acción, camino hacia. El rótulo te estanca. “Fulana de Tal es actriz”, y no, yo soy algo más que actriz.
–¿Los rotuladores somos nosotros, los periodistas?
–¡Claro! O los que tienen que ponerle nombre a las cosas. Yo vivo.
–¿Se arrepintió de su decisión de no ir a almorzar con Mirtha?
–No, me quedé tranquila. ¡Sabés qué relajada dormí esa noche! Es que yo era el blanco perfecto para ese momento, imaginá que yo me pongo a hablar bien del Gobierno delante de ella, la que se arma. Y yo no me iba a callar. Más lo de Luppi. Si iba la ligaba por todos lados. Me dije más vale hagamos el Ópera. Lo lamenté porque dejé plantadas a mis compañeras que iban a ir. Julia se abrió antes que yo, a las demás las dejé pagando. Les pido perdón, pero supieron entender.
–Cuando Federico Luppi entró a la sala la noche de su primer recital, recibió una ovación. “Por algo sería”.
–Sí, sí, lo supe.
–Hoy salió en Clarín que Jorge Ibáñez quiere reconciliarlos a usted y a Luppi con Mirtha.
–¿En serio? ¡Qué ridículo!
–A raíz de la entrada de Luppi, un espectador suyo, muy gracioso, parodiaba a la Legrand con sus amigos: “Ay Mirtha, sabe que la gente de la calle dice que lo suyo fue autorrobo, para que usted pueda seguir hablando tranquila de la inseguridad. Ojo, es lo que dice la gente, eh”
–Claro, “lo dice la calle, eh”… ¡Es buena esa!
–Usted es peronista. ¿De cuál de todos?
–Peronismo para mí hay uno solo. Los demás son todos mentirosos, farsantes. No pueden ser peronistas. Menem no puede ser, nunca fue peronista, por más que lo diga. Porque sus acciones, sus actos no son peronistas. Duhalde tampoco. En cambio éste sí es un proyecto peronista. Gobernar es dar trabajo, era el apotegma de Perón. Y éstos es lo primero que hicieron. Si gobernás, tenés que dar trabajo. Y, entonces, ahí se genera todo el movimiento.
–¿Hay algo del Gobierno que no le guste?
–No, la verdad es que hasta ahora me gusta todo. Puede haber cosas que no me gusten, nadie es perfecto, además no debe ser nada fácil estar allí arriba, en ese puesto, haciendo tantas cosas, encima ser mujer, tener una carrera como la de Cristina: diputada, senadora, o sea que no llegó de la noche a la mañana, no es una advenediza como muchos la quieren hacer pintar. No es así. Ella está bien entonada, bien fogueada, sabe lo que es gobernar, y es muy inteligente. Y ni siquiera tiene un machete para hablar, nunca. Está intentando la unión latinoamericana, que era uno de los proyectos básicos de Perón. Porque ésa es la única salida que tenemos, no tenemos salida aislados, justamente la salida es uniéndose con el resto de América latina, ésta es la postura del peronismo. Intercambiando nuestros productos. Y generar un banco, que está en proyecto ahora, Banco del Sur, donde sean nuestras monedas las que circulen. Basta de monedas extranjeras. Cortarla con la dependencia económica y política y cultural.
–Pareciera que no sólo jóvenes de la primera edad recibieron una inyección de energía, también los jóvenes de la tercera edad, ¿no?
–A mí me reinyectaron todo, lo tenía perdido. Pensé que ya no se podían hacer estas cosas. Que no se podría estar juzgando como se está juzgando actualmente a los genocidas. El matrimonio igualitario, otra ley maravillosa, esperada por muchos de nosotros. La Asignación Universal por Hijo, ¿dónde se ha visto que se le pague a una madre para que su hijo vaya a la escuela? Entonces, el objetivo cuál es, que la gente piense un poquito más. Mientras que en toda la oposición el objetivo es que no pienses, no pienses, no pienses, sé un tarado así te manejamos mejor, desde el Gobierno se le está dando la otra parte: pensá, resolvé, ponete en condiciones de decidir por vos. Y para decidir tenés que saber, porque si no vas a decidir mal, no vas a poder elegir. Es un proyecto, no son actos sueltos de gobierno. Yo te haría la pregunta al revés: ¿qué dicen los demás que está mal de los kirchner? ¿Qué es lo que detestan? ¡Y no me digas las carteras de Cristina! El proyecto opositor es el de que seas tonto, no pienses, comete todas las mentiras que leés en los diarios de cierta prensa, mirá mucho Tinelli. Ése es el proyecto. Mantenete lo más tonto posible porque de esa manera nos vas a ayudar a manejarte mejor, y podemos adueñarnos de todo lo que tienen ustedes. ¿Por qué? Porque tenemos ganas de quedarnos con ello, dirían los del Norte. Que ahora con eso de los wikileaks se les vio la enagua, se mostraron todas las trapisondas que hacen, que siempre han hecho. Pero cuentan con una serie de periodistas ¿coaptados, se dice?, a los que les garpan, bah, para que digan lo que ellos quieren.
–El momento estremece porque está todo muy a la vista. Y por lo mismo entusiasma.
–A mí me gusta también. ¿Sabés qué quiere decir entusiasmo? Tener a Dios adentro, estar en posesión de los dioses, alegre como uno de ellos. Si no tenemos eso, no tenemos lo esencial para vivir.
• La Raulito de La Ross
La Raulito (Lautaro Murúa, 1975) es una película que se hizo inolvidable por las altas cumbres que alcanzó Marilina encarnándola. Subido a youtube está uno de los monólogos más conmovedores de la historia del cine, universal por supuesto.
–Y pensar que Lautaro no quería que yo lo hiciera, tenía prejuicios. Pero el proyecto era mío, lo había hecho en televisión en Cosa juzgada. Me tomó una prueba, te voy a cortar el pelo así, no te podés lavar más los dientes. Yo estaba amenazada de muerte, también eso ayudó al personaje, y a mí. Por qué me joden, si yo lo que quiero es hacer cine, si yo lo que quiero es jugar al fútbol, decía la Raulito, por qué no me dejan tranquila, a quién jodo yo. Lautaro me dejó la cámara y me dijo vos arrancá. Tenía que contar la historia de la Raulito que me habían dado en unas páginas, lo que me acordara. El personaje le hablaba al juez pero yo le hablaba una especie de tornillo que tenía la cámara. Era lo primero de ese día de filmación, arrancábamos con ese monólogo. Puse primera y dije allá vamos. En un momento se escucha un ruido, era Lautaro que lloraba, sus mocos entran por sonido directo, y dice “Corten. Listo, guarden esto. Nadie toque esta lata, va a laboratorio y se la cuida como oro en polvo. Y nos vamos todos a casa, se terminó la jornada de filmación”. Que ese día duró lo que el monólogo: diez minutos.
• Un pulgar arriba, el otro abajo
–¿Habremos aprendido algo interesante los argentinos de estos tiempos? ¿Habrá algo interesante de aprender que no aprenderemos nunca? ¿Cuáles serían nuestra virtud y nuestro defecto más ostensibles, hoy por hoy?
–A mí me cuesta contestar estas cosas tan generales porque después la realidad te sorprende, como la juventud cuando lo fue a despedir a Kirchner. “¡La juventud es paco, la juventud es paco!”, hay más que eso, ¿no? La parte del argentino que a mí particularmente no me gusta, es el canchero, el que se las sabe todas, el piola, a ése no me lo banco. Porque además va dando cátedra de todo, “es la que yo te digo”, y es el que menos sabe. Pero no se enterará jamás de eso porque es tan necio que ni siquiera sabe que no sabe, no podés comunicarte con alguien así, de qué vas hablar. Esa especie está muy viva y se la ve mucho sobre todo en otros países, se llevan el mundo por delante. Yo me acuerdo que en España había muchos de éstos. Pero a la vez está el público argentino que va a ver un espectáculo. Nuestro pueblo, cuando es sensible, es de una sensibilidad exquisita, profunda. Lo dicen los artistas del mundo que vienen a hacer música o teatro lo que sea. Consideran al público argentino muy extraordinario. Y lo es. Su capacidad de devolverle al artista es impresionante.
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