
Las tres salticaban por el bello y verde jardín que el papá de todos había dispuesto para que una nueva generación de "la maravillosa juventud" tuviera su momento de esparcimiento helénico.
Bebida, buena música de bombos, comida... todo muy cuidado: muchachos y muchachas no tan lindos ni tan feos. Todo bien normalito.
La cosa se expandió. El jardín floreció, salticar era... hermoso.
Idas y venidas.
Un día papá esta de visita, nos mima, nos mira, parece como que nos presta atención...
Otro día el esparcimiento helénico comienza un despliegue impar: aparece una tarima, un vaso de agua con una jarrita, público y algunos integrantes de aquella muchachada ya relajada empieza a hablar.
Hermoso. Un cuento de hadas.
Una curiosa y sensual sensación invade los cuerpos de los privilegiados.
Y esa sensación se repite y se repite. Como el jardín se expande empieza a formarse la idea de viajar, conocer lugares remotos del helénico e idílico jardín donde hay más tarimas y más jarras con agua.
La boca se hace agua.
¡"Cuánta gente maravillosa, estamos defendiendo a aquellos que han sufrido las mayores penas y han vencido!"
¡"No falta ninguno, estamos todos acá, es una verdadera fiesta de la democracia, NO FALTA NADIE"!
Un día, las tres bellas princesitas, "una más hermosa que la otra", pasan de la tarima y el ambiente helenístico del ágora, como por parte de magia, de la actividad pública a la función pública: "Tenemos una idea y ustedes tres van a trabajar en ese proyecto". (Probablemente las tres creyeron que iban a ponerlas a limpiar baños en algún hospital, al algunos nos ha pasado y no hay de qué avergonzarnos).
Pero hete aquí que no.
Los roles asignados revelaban que esto era importante en verdad. Desde lo ideológico, desde lo político, desde lo social, desde la comunicación, incluso desde la Justicia... TODO CERRABA.
Además siempre da la sensación que el Estado necesita renovarse y generar institutos que den batalla por la Verdad, esa era una consigna JUSTA y para tener bien presente si el bello jardín se sacudía por algún extraño y remoto motivo.
(Hay algo que no cierra ya en este punto. Es obvio).
Un "helénico" puede tardar un poco, a veces mucho, en sospechar que hay algo que no está bien, pero... las mujeres... siempre se preguntan que-está-pasando-acá, aunque no lo digan...
De todos modos, una experiencia fue válida, salimos todos hechos, da la sensación que existe satisfacción y aceptación ciudadana por la tarea realizada... "veremos que sigue".
Vuelve a aparecer de nuevo un político, quizás el mismo de antes, convoca a las tres princesas, juntas o de a una, lo mismo da y "les tira esta": "lo que hicimos antes parece estar bien, así que vamos a ir por más y ustedes están adentro".
Pero esta vez hay algo que no tiene buen olor. Hay... como una sensación de que no es lo mismo: empezamos a sacar cuentas (tal vez individualmente, tal vez colectivamente), un "Estado moderno" tiene que poder animarse a investigar que hay más allá siempre sobre la base de dos o tres ideas fuerza. ¿Fue así no?
El nuevo proyecto comienza y la tenaza es implacable: el enemigo descubre un hueco, (al que huele porque esá sediento de sangre: se mastica a "mandíbula batiente" el proyecto y se come a las princesas consideradas las joyas de la abuela); "ese hueco es muy difícil de cerrar, parece". Quienes pueden ayudar a cerrar ese hueco de manera sólida y definitiva podrían titubear o carecer de los medios como para que esa ayuda sea lo suficientemente sólida e impedir el papelón y la caída hacia el "agujerito del infierno" de las tres envidiadas y endiabladas princesitas.
Esto pasa porque siempre hay "un corazón delator" que olfatea la contradicción y sale siempre impune cuando delata los errores de los que considera "giles" ante los poderosos, aunque más no sea para sentir otra vez esa patética sensación de ganar.
El depredador tiene presente la herencia: es depredador y sabe que la gacela sigue siendo gacela.
Se puede entornar el proyecto, se puede enturbiar de alguna manera las comunicaciones de la cúspide del proyecto, tantas alternativas... son "bocato di cardinale".
Las tres princesas quedan atrapadas en una jaulita, con todos sus pichoncitos a merced de que el gato no se las coma.
El Estado se ha quedado sin capacidad de reacción e inerme intenta un solo gesto: embellecer la jaula.
Entonces, mientras el político de la maravillosa idea (a la que le faltaba una pata muy, muy, muy importante) a una de ellas, se le enciende la lamparita: vuelvo a lo básico: me salvo y salvo el proyecto se dice a si misma.
Hay un enorme salto desde la jaula hasta lo que ahora es simple y sencillo piso de porlan y gracias, porque el que cortaba el césped se fue y los demás mucho de eso no entienden por ser un poco rústicos.
Pero esta atrevida, salta. Y así como empieza a recorrer el camino, pone en marcha un plan.
Sabe una sola cosa: decir la VERDAD y desplegar para eso todas sus armas de seducción. Las que sean o las que pueda...
Pero decide que si se consigue un novio que la pueda ayudar quizás se salve y salve todo lo que pueda de lo que tanto le interesa.
El novio puede ser cualquiera... el que caiga. Es suficiente con que caiga y aporte el sustento hasta que de alguna manera aparezca el remedio definitivo contra el problema.
Entonces... se verifica que algo pasa. De hecho algo pasó y obtuvo el sustento hasta que UNO, sin haber considerado todo esto que cuento, rompiéndose bien los cuernos entendió que diablos estaba pasando, repasó el problema y era así nomás, si no sale corriendo y consigue la solución, el riesgo de que se venga abajo todo en medio de tantos nervios es real.
Y ese UNO activó varios mecanismos a su disposición para que la solución al difícil y taimado dilema aparezca.
Pero ese UNO, un poco lento, pero nada zonzo se le ocurrió que la princesita atrevida y buscona por atrevida y buscona no es "bocato de cardinale" como sueñan los depredadores que la rodean, es justamente lo que un tipo cualquiera como él necesita para pasar al frente.
Por eso y solo por eso esta historieta no concluye acá.
Moraleja: nunca dejes de meterte, aún en la cueva más oscura si creés que tiene algún sentido hacerlo.
Un cuentito de la politiquería argentina
dedicado a Jésica Betsabé Tritten
Decime: porque en mi familia esas cosas no se toleran: porque en el año 2008 hay un tema de morosidad con tu declaración jurada, vos guita no tenés... ¿por qué te dormiste?, me querés explicar. No te podés dormir con eso.
De este lado de la trinchera, las declaraciones juradas ante el Estado tienen que estar TODAS y CADA UNA entregadas en tiempo y forma.
Y me voy a la calle a hacer lo que tengo que hacer porque siento que mi trinchera y mis afectos están bien cuidados.
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