Año 4. Edición número 158. Domingo 29 de mayo de 2011
Hace ya 35 años las señoras de la plaza pedían por sus hijos, nietos, nuestros padres y hermanos. Fueron años de caminata, y cada paso era una luz de esperanza en los casi 30 años de impunidad. Así fueron marcando el ritmo de la paz que hoy rige nuestro país, que desde hace ocho años es un ejemplo a nivel mundial por haber resuelto mediante sus propias instituciones la más sangrienta y oscura página de su historia. Las señoras del pañuelo blanco fueron un ejemplo del rumbo a seguir cuando actuaban en soledad, no pidiendo venganza ni revancha por mano propia, sino tan sólo justicia.
Frente a ello se han levantado algunas pocas voces que no se percataron que es el pueblo argentino el que ha elegido un camino de justicia. En este caso encabezadas por un personaje que nos ha dejado los años ’90 como legado, Eduardo Duhalde. El mismo que se vanagloriaba de tener un ministro de Seguridad como Luis Abelardo Patti, que se jactaba de aplicarle picana y submarino seco a los detenidos. Un ex presidente que en el 2002 tuvo que huir corriendo de su gobierno provisorio por la represión del puente Avellaneda, por ser el máximo responsable de la masacre que terminó con las vidas de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Por eso es que son tan importantes los juicios por delitos de lesa humanidad, para el futuro. Patti fue condenado por las atrocidades de la dictadura, pero este tipo de condenas nos permiten como sociedad dar visibilidad a estos cuadros del terrorismo de Estado que siguieron actuando hasta bien entrada de la democracia.
Mientras este fenómeno imparable de memoria y verdad a través de los tribunales avanza, el Capitán de las Tinieblas, Duhalde, encabeza su rumbo desde el penal de Marcos Paz fogoneando discursos a los que nuestro país ha dicho nunca más. Queriendo representar la voz de quienes están acusados y condenados de los peores delitos. Es por ello que repudiamos las palabras que el ex senador Duhalde ha vertido sobre Hebe de Bonafini, símbolo del rumbo de amor y esperanza que ha decidido tomar nuestro país.
http://sur.elargentino.com/notas/el-rumbo-de-la-esperanza
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