Imagine a su hijo parado en cualquier esquina cerca de su casa. Con un amigo, capaz haciendo nada, o renegando porque no trajeron un envase para la birra y el chino del súper no se los quiere prestar, o por ahí arreglando para ir a la cancha el sábado. En una de esas pasó una piba, un piropo, una puteada cómplice. De repente un auto cualquiera frena de golpe, capaz ni lo miraron. Alguien baja la ventanilla, y sin mediar palabra saca un arma y le dispara a su hijo asesinándolo. ¿Fue alguien del barrio, un desconocido, quería robarle? Nooooo, nada de eso. El que le disparó con su arma reglamentaria es un policía de la Bonaerense.
Esto que parece un cuento de terror le pasó a Christopher Damián Torres, de 17 años, el 2 de octubre de 2008, en el barrio Las Catonas de Moreno, en el oeste de la provincia de Buenos Aires. El que lo ejecutó es el teniente de policía de la provincia de Buenos Aires Luis Oscar Ayunta, quien prestaba servicios en el GADA, grupo de artillería de defensa antiaérea de la departamental de Moreno. Ese 2 de octubre, de franco, el policía Ayunta salió en su auto junto a su hermano (también armado y que disparó contra el amigo de Chistopher sin acertarle, pero nunca fue investigado) a buscar a los supuestos ladrones de un celular, según la denuncia de un septuagenario que a partir de ese momento vive condicionado por Ayunta, hecho sucedido a veinte cuadras de la escuela nº 21 de Moreno.
Encontraron a dos chicos con portación de rostro en las inmediaciones de la escuela, a una cuadra de la casa de los Torres. Detuvieron el auto al lado de Christopher y su amigo. Sin siquiera bajar, el policía disparó sin identificarse, sin voz de alto, sin pedir la asistencia de policías en servicio, gatillando fácil porque se trataba de dos pibes humildes. Ni le dio tiempo a que intentara resistirse a morir, lo mató de una.
El gatillo fácil de la policía, de los gendarmes que están militarizando nuestros barrios, muestra en estos días, con los asesinatos en José León Suárez, con Baradero, que no son loquitos que están en la fuerza, ni manzanas podridas. Que están para tratarnos a los pobres, a los trabajadores, a los desocupados, con mano dura. Pero a los ricos, a los patrones, a los políticos, en cambio, jamás los persiguen, ni les piden documentos, ni los torturan en sus comisarías, ni los desaparecen como a Luciano Arruga, ni les disparan. ¡La policía no está para protegernos a todos, sino para protegerlos a ellos de nosotros!
El 3 y 4 de marzo de 2011, el policía Ayunta será llevado a juicio oral en la ciudad de Mercedes por homicidio simple. Luego de más de dos años de dolor, de pensarla, de pelearla, los familiares de Christopher, organizados en CORREPI, sus amigos y vecinos hemos logrado llevar a esta lacra inhumana a los tribunales.
No será un juicio fácil, porque los policías de gatillo fácil, para estos jueces de Mercedes, son “muy difíciles de probar”. Son más amigos de la policía que de los pobres, pero vamos a estar ahí y te invitamos a que estés con nosotros. Y más estaremos el día de la sentencia.
El ver tras las rejas a Ayunta no le devolverá la vida a Christopher, pero dará un poquito de paz y justicia a su familia y a todos nosotros.
¡No hay excusa que valga, no hay locos sueltos en la yuta, no hay perdón! ¡No pararemos mientras a la justicia la manejen los ricos que se benefician del gatillo fácil!
Christopher estaba desarmado, la policía está desalmada.
El 3 y 4 de marzo, desde las 9:00, estaremos frente al tribunal oral nº 2 de Mercedes, en calle 26 y 27.
Contactos:
Ismael Jalil, 154 045 5927 - Julia Torres, 155 345 0786 - María del Carmen Verdú, 154 417 0659.
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