La comunidad mapuche Santa Rosa Leleque tiene diez días para desalojar el predio que disputa desde 2002 con la firma italiana Benetton, según el Juez Omar Magallanes, del juzgado de ejecución de Esquel, provincia de Chubut. El fallo se dio a conocer el pasado martes 1 de marzo, en el marco de la segunda causa abierta entre la compañía y las familias que desde febrero de 2007 habían logrado re-ocupar el territorio. Este jueves protestaron frente a los Tribunales de Esquel, repudiando los atropellos sufridos y recordando los derechos que tienen como pueblo originario. El miércoles próximo presentarán la apelación al fallo.
La historia de los mapuche vs. Benetton se remonta a 2002, cuando la firma italiana presentó una denuncia por “usurpación de tierras”. El fallo permitió un violento desalojo de las familias que allí vivían desde hace años, según lo recuerda Rosa Rua Nahuelquir en diálogo con lavaca: “Perdimos todo lo que teníamos: los animales, las casitas, las plantas, todo”. En un juicio oral y público celebrado en 2004 la justicia volvió a fallar a favor de Benetton, ratificando su anterior fallo pero levantando los cargos de “usurpación” a las familias mapuche. Rosa dice ahora lo que decía entonces: “Nosotros estamos revindicando nuestra existencia, vivimos toda la vida en ese lugar, ¿a vos te parece que lo podemos abandonar?”. La lucha sigue.
Con la complicidad de los gobiernos y las inmobiliarias dedicadas a la especulación, los hermanos Benetton han logrado más de 90.000 hectáreas en la toda la Patagonia. Claro está que su patrimonio supera la barrera de los mil millones de dólares. Son éstos los mismos que a través de la marca de ropa que lleva ese apellido han promovido campañas publicitarias a favor de la armonía étnica y un mundo multicultural.
La página web de la comunidad mapuche reseña cómo Luciano Benetton, uno de los hermanos, logró apoderarse de esas tierras que ancestral y legalmente pertenecen a los pueblos originarios:
- 1889: en Londres se funda la compañía The Argentinean Southern Land Company Ltd., que opera en Argentina como una compañía extranjera
- 1896: Donación por parte del presidente Uriburu de 900 mil hectáreas a diez ciudadanos ingleses y posterior traslado de estas tierras a The Argentinean Southern Land Company Ltd.
- 1975: Inversos argentinos compran el paquete accionario de la compañía
- 1982: Se nacionaliza la compañía, modificándose su nombre por Compañía de Tierras del Sud Argentino S.A.
- 1991: El paquete accionario de Compañía de Tierras del Sud Argentino S.A. es comprado por Edizone Holding Internacional N.V., propiedad de los Benetton
Desde aquel 2002 en que fueron desalojados, el pueblo mapuche exige la restitución de sus territorios y el respeto de sus derechos de pueblo, ratificados por el artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional Argentina, que reconoce “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan”. También los amparan diferentes informes de derecho internacional, que insta a los Estados a salvaguardar a los pueblos indígenas de esta clase de atropellos. En su página web, la comunidad mapuche Santa Rosa Leleque amplía sus argumentos:
- Benetton no respeta las disposiciones contenidas en los Códigos de Conducta de la Unión Europea sobre las operaciones de empresas europeas que invierten en los países en vía de desarrollo (Resolución 15/11/99);
- Se priva a las comunidades mapuche de su subsistencia económica, viola el articulo 14 y 17 de la Ley 24.071 Ratificatoria del Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre pueblos indígenas, en la que los estados se comprometen a reconocerles a los pueblos indígenas, el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan y, que “deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos indígenas a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencias”.
Con estas banderas lograron en 2007 re-ocupar los terrenos de los que habían sido injusta y violentamente desalojados. Cuatro años después, hoy, marzo los recibe con diez días de cuenta regresiva, que esperan apelar. Rosa no sabe en quién confiar: “Yo pensé que se podía confiar en la justicia, pero no la hay. Decir que hay justicia para nosotros, en Chubut o en toda la argentina, es mentira”.
El miércoles 9 se estarán juntando nuevamente a las puertas de los Tribunales de Esquel, apelación en mano, acaso para repetir lo que Soña repite al teléfono: “Vivimos toda una vida ahí y vamos a seguir en el lugar”.
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