Una posible conspiración y la búsqueda de la prueba

Cuando después de la derrota del kirchnerista Daniel Filmus en la ciudad capital macrista empecé a tener presente el sabor amargo que tienen estas derrotas, por desgracia, también empezó a crecer en mi una sensación de malestar.
Por la noche ya sabía que algo molesto nuevamente estaba por invadirme.
Hoy, cuando me desperté por la mañana, la trama de la conspiración se revelaba claramente en mi cabeza y como se revelaba que los ejecutores de ese plan habían sido mis propios compañeros de los organismos de derechos humanos.
La sensación incómoda y agobiante duró un rato.

Pero en un momento me di cuenta que la cosa no cerraba, que había algo que no estaba como debía ser: ¿cómo podía ser que con el escaso poder que los organismos y, por consiguiente, el movimento de derechos humanos, tençia allá por los '80, los '90, e incluso con poder bastante acotado al día de hoy lograra concretar un plan así.

No es por creer que el plan es enorme e imposible de realizar por el hecho de ser yo apenas un militante más. Pero mi orden de categorías de las cosas me indica claramente que debo inclinarme por buscar pruebas que exoneren a la parte débil de lo que está investigando.

Esa parte débil, ese sector que en los'80, en los '90 y aun hoy lucha en la calle por sus reivindicaciones es el movimiento de derechos humanos. Por lo que no me queda más remedio que considerar, a priori, debido a todos los antecedentes previos existentes, considerar libre de culpa y cargo a los organismos de derechos humanos y sus integrantes de todas las dificultades e inconvenientes que debi sortear en soledad en aquellos tiempos.
Si me inclino a pensar que las condiciones políticas impuestas por grupos e intereses con poder en el país influyeron de forma considerable para que mi vida, como la de tantos otros en condiciones similares, tuviera el sesgo que tuvo.

No doy por terminado nada, porque ayer lo dije: la lucha sigue. Los que hemos luchado toda la vida en diversas formas, pero nunca aflojando y siempre caminando y estando presente junto a quienes son nuestros mentores y maestros, y que gracias a ellos nos ganamos el derecho a la vida e incluso a ser tenidos en cuenta y no ser discutidos, creemos que hay que hay que seguir. Que hay que seguir, como siempre se hizo, denunciando, acumulando pruebas y testimonios y demostrando todas las veces que sea necesario la irrefutabilidad de nuestra razón.


¡¡¡30.000 compañeros detenidos - desaparecidos presentes!!!
¡¡¡Ahora y siempre!!!