Allí, en esa corteza extendida,
quien escribió su nombre,
escribió mal
a propósito
el nombre que no era el suyo.
Le puso, "nombre feo",
nombre equivocado,
nombre injusto,
nombre tarado.
"Algún día, escribiré
en la arena,
el nombre como debe ser".
"Dejaré de ser un imbécil,
un pichón de insolente,
un salame sin remedio
que nunca llega a nada
de tanto que repite y repite
el mismo "sketch".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario